Cuando te toquen mis sueños

Vas a soñar de un modo distinto, entenderás la ansiedad volcada en tu piel y tendrás que imitarme, buscando el rio que apague el fuego que nos quema a los dos. Mis manos serán palomas sobre tu piel y dejarán huellas, espero inolvidables. Primeras veces de tantas veces que vuelven tal cual imaginaba a convertirse en un sueño interminable. Tocame, dejame tocarte la vida, el alma, la piel y los sueños. Deseame deseandote y ayudame a seguir anhelandote. No puedo evitarlo, no quiero que cese. Eres el camino y el destino de tantas cosas en mi vida. No lo sabes o finges ignorarlo, da igual; la piel no entiende de certezas o situaciones concretas.

5 comentarios

[Daanroo - 26 de agosto de 2006 - 22:55]

Eso caballero Dantés, a veces basta acompañarle en el silencio, otras un suspiro se niega a quedarse callado....

Un placer saludarles a ambos..

Hola amigo Serch... un placer saludarle aquí...

¡Vaya trío de caballeros, que me permiten saludarlos al mismo tiempo, que delicia de madrugada...!

¡Besos respetuosos.!

Su amiga
Daanroo

[Edmundo Dantés - 25 de agosto de 2006 - 05:52]

Los de siempre aqui seguimos. A veces nos fallan las palabras pues es demasiada la fuerza de las tuyas, es mucho lo que nos golpea. Pero aqui estamos, no lo dudes. Un abrazo fuerte, amigo.

[pepensador - 25 de agosto de 2006 - 05:21]

Presencias nuevas, aires renovados, pepensador contento. Sigo valorando y extrañando a los entrañables, pero que bueno que hay nuevas audiencias. Bienvenidos

[Serch - 25 de agosto de 2006 - 05:15]

"Mis manos serán palomas sobre tu piel"...

Caray, pero ¿qué persona es esa que nos tiene, que nos da valor y alegría de vivir? A veces es como si toda la vida dependiera de esa persona y la vieramos única, especial, ninguna otra hay.

Me recuerdas a un poema que hace mucho tiempo subí a mi blog. Te lo comparto:

EL ENAMORADO
JORGE LUIS BORGES

Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lamparas y la linea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.


Debo fingir que en el pasado fueron
Persepolis y Roma y que una arena
sutil midio la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.


Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.


Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Solo tu eres. Tu, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.


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Llego aquí luego de varios linkeos. Y tu blog se me antoja como para regresar varias veces.

Un saludo desde Ciudad de México.

Sergio.

[luima - 18 de agosto de 2006 - 23:05]

tatatatataaalto tu hoy,
oyeme demasiado cosas para ponerte un comment