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Pepensador

Mariano, su personaje y tres desvaríos más

El agua le llegaba tres o cuatro dedos por encima del tobillo, suficiente humedad para acabarlo de entumecer. El semaforo por fin cambio y dio paso, cual debe, a la andanada de preclaros y civilizados automovilistas que, humanitariamente, terminaron de empaparlo. Un pensamiento mordaz y poco oportuno, se estremeció, tal vez para sacudirse el exceso de agua. Solo le produjo jaqueca. Por fin llegó al carro y ni siquiera se apuro a abrir. Cuando se sento, quiso prender un cigarro y desistió, pensando en lo problemático de juntar el amasijo de papel, tabaco, agua y filtros que logro entresacar de la bolsa de la chamarra, para asesinarse decentemente. Empezaba a bajar la ventanilla para sacudirse las manos, cuano lo vió. Primero de reojo, quizas queriendo no verlo. Luego un poco mas fijamente y por fin, rendido fijo la vista. El solo le sonreía timidamente y esbozo un medio gruñido, medio grito que, sorpresa!, intento ser un saludo.

-Que pedo

-Se lo_ssaco_nsumido el tiempo, jefe. Que jais...

-Lo fino no se te quita, verdad?

-Uy Uy Uy, perdon su majestad! pos de cuando aca?

-No ya en serio, que quieres?

Silencio raro, que no incómodo, mas bien raro, en el que ninguno atinaba, no digamos a articular algo ingenioso sino a dejar salir el aire acumulado. Por fin, Mariano insistió:

-Entonces que?

-Que de que?

-O no empieces...

-Pos no termines...

A pesar del aguacero, el sol brillaba en todo lo alto de las vecindades. Calzones, garras y trapos adornaban el paisaje urbano-ecléctico de la gran metropoli. El efecto visual era interesante, la luz solar se reflejaba a travez de las gotas de agua y al pasar por los cristales de los autos, producia hazes irregulares y multicolores, que, afortunadamente, nadie notaba. Solo el agente de transito que se arrimo ver al interior, se quedo un ratito con la boca abierta llamando a las Asistencias médicas y mirando el inesperado y para el incomprendido espectaculo, mientras Mariano en medio de su solitaria crisis convulsiva, lograba por fin estrangular al inverosímil invitado de toda su vida.

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