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Pepensador

tiempos prenavideños

La temporada en la que las buenas intenciones se ponen de moda, llegó de nuevo. Puedes formar parte de ella o mantenerte al margen. Estaré de acuerdo con tus ideas sobre la excesiva comercialización, la publicidad, el marketing voraz, etc. Este fin de año representa, al menos para el que teclea, el fin de muchas cosas (tristemente mas que olvidar que recordar). Afectos que se enfrian con el aire decembrino, montones de nostalgias y un vientecillo a melancolía que se mete por entre los huesos. No puedo, empero, dejar de intentar autoimbuir en el maltrecho musculo del torpe tipo avasallado por los sueños que te escribe este monton de tarugadas, la verdadera idea, bueno, al menos lo que considero es el chiste de todo este remolino de prisas, gastos, compras, tráfico, empujones y estres (que se ve un poco amortiguado por los excesos etilico-gastronomicos propios del mes) Intentaré celebrar el cumpleaños (si recuerdas lo que EN VERDAD, celebramos, verdad?) de la mejor manera, con un buen ánimo. Me propongo, en el tono facilote y simplista pepensadoriano, celebrar lo posible, agradecer lo real, abrazar a quien tenga cerca y recordar a los lejanos con cariño, pensar en los ausentes y acordarme, basicamente de los momentos que vale la pena recordar. Hasta me dare tiempo para aceptar y de buena gana al panzon de traje rojo, que tantas sonrisas es capaz de producir en los angelitos (aun sin que sea esa su verdadera intención) merced a los rasgos de inocencia (y, hay que decirlo, inexperiencia) que les caracteriza. Si quieres, si te mueve alguito por ahi tu seguro servilleta, te invito, zas? Echale ganas y buen talante, total: no pierdes nada, no crees? (Acuerdate que nos toca a nosotros, los trinches humanitos, mantener esta casa llamada planeta, aceptablemente hogareña)

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