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Pepensador

El mar y un servidor

Si la luna de Don Jaime se toma a cucharadas, el mar del de la voz se inyecta en cataplasmas, de preferencia voluminosas que inunden -literalmente- el organismo. El sitio elegido para dichas infusiones queda siempre a elección del paciente y se procurará que sea preferentemente a cualquier hora del día.

Que porque el de la voz, arrogantemente se abroga una propiedad tan universal? Porque lo bueno de lo bueno es que es bueno para todos.

Yo he visto la luna, salpicada de su brisa en ojos de mujer agonizantes de amar.

Mi corazón escribió un corazón en la arena, antes de estar seguro de estar enamorado.

En salvaje e inocente cofradía, la playa fue testigo de juegos inutiles de niños jugando a ser adultos, que seguirían pese a todo, inocentes e inconcientes.

El murmullo de su voz me acompañó muy temprano y aún está conmigo.

Te invito a poseerlo, a hacerlo tuyo y a compartirlo. Debes respetarlo, mas no temerle. El mar come sol y exuda lunas, se pinta de fuego por las tardes y de bermellon o rosado en las mañanas. De noche, sirve de plato para que te puedas engullir la menguante de un solo mordisco. -La creciente es para casos graves de gula, con la llena... puede uno morir!-

Si lo visitas, aprecialo, cuidalo y saludalo de mi parte.

Estando ahi, puedes suspirar quedito y decir un nombre. El sabrá que hacer.

Ojala te enamores aún más...  

 

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