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Pepensador

Camina para allá

Volvia de una nube, tocaba estrellas con mis manos, su piel era mi faro y la cama solo se dejaba habitar si estaba conmigo. Las noches en solitario simplemente manifestaba su condición de conjunto de maderas, clavos y algo parecido a un colchon. Dibujaba los sueños que despues se volvian tremenda realidad que agolpaba toda la furia contenida durante decenas de lunas llorosas de luz. Las manos viajaban a travez de los susurros, los silencios y los te amo al oido. El sudor y la esencia de maneras de estar alli y tan lejos, tan alto, tan fuerte y tan tierno. Venia a visitarme cuando no estaba conmigo, me dejaba una mirada cálida y lánguidos movimientos afirmatorios con la cabeza, sobre todo cuando preguntaba y contestabas que no a cualquier pregunta, pues la razón no tiene lógica y se puede decir lo contrario. La imagen no se imagina, pero se queda en ti. En tu loca percepción de lo que anhelas y no obtienes, aunque lo tienes. La resignación camina para allá, para donde tus ojos no ven, para donde nada espera y todo queda pendiente. Transformate en algo real, permuta las fobias y filias, no elijas, no decidas, solo se. Se como tu. No como te han dirigido hacia ti, no como lo que esperamos de todos. Camina para allá y si encuentras lo que parece que no buscas, mucha suerte.

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