Una de rinocerontes
Cuatro rinocerontes de la India pastaban en el penthouse de uno de los edificios mas lujosos del Bronx. Alimentábanse, como todos, de latas de sopa y bagels duros que robaban por las tardes, ya que como es sabido, de noche los rinocerontes bailan en bares travestis. El calor invernal hacia sus diligencias, un poco menos llevaderas. El líder de la manada bebía Jack Daniels con zarzaparrilla. Otro inhalaba carbonato debido a una juvenil úlcera esofágica. Los otros dos hacian mutis, tanto, que terminaron por desaparecer de esta historia. En eso, la lluvia hizo que el momento de relax fuera más bien húmedo. Un negro preguntó, debajo de un paraguas enormemente ridículo, si se ofrecía algo más, pues ya debia retirarse. Los rinos se miraron extrañados, pues no lo habian visto figurar antes en las lineas previas. Optaron por ignorarlo, lo cual encolerizó al moreno, que, probablemente bajo las influencias del ajenjo con licor Midori, despachó al que no era el jefe, de una ráfaga de uzi. El otro, ágilmente, le pidió otra botella de whiskey, por la cual el negro se fue corriendo. Uno de los rinos que hicieron mutis, intentó vengarse pero era demasiado tarde, ya nadie lo recordaba tanto como para notar su presencia. Cesó de llover. El negro, aún bajo el paraguas, puso la botella (a medias) al alcance del líder, quien, sin mediar palabra, apuró un trago.
incómodo silencio que aprovecharon; el negro para liar un cigarro de marihuana y el rino para ir al baño sin moverse de su lugar
La laptop del rino le avisó que tenía un nuevo mail. El negro se ofreció a responder. El rino se negó, argumentando que era parte de una cadena, que bajo ninguna circunstancia podía romper. Tenía que recibir 856 correos y responderlos todos, so pena de sufrir un castigo tan terrible, que habia decidido no recordar. El negro dió muestras de un leve ataque de ira, que mitigó él solo con una fumada y un trago a la botella de Jack (por cierto, el nombre del líder) Secando el teclado, el rino (Jack) miraba al negro, que sollozaba un blues de B.B. King, no tan bajito como para no escucharlo y tan fuerte que tuvo que gritarle que se callara, muerto de miedo.
Despues de tres meses, entre los escombros el equipo de CSI (el de las Vegas, el de NY fue sacado del aire antes de salir a cubrir el evento) localizó un craneo de homo sapiens, raza afroamericana, con una herida del tamaño de un cuerno de rinoceronte, en donde alguna vez existió un rostro. Se concluyó que habia sido en defensa propia.
4 comentarios
humo en tus ojos -
pepensador -
maestro Gatopardo: como siempre honrado por tu tiempo y agradecido por tus palabras. saludos...
Gatopardo -
Ronroneos de satisfacción
pequeña padawan -