Cada que se pueda
Cada que se pueda, habria que capturar pequeñas dosis de luz y guardarlas en breves capsulas de compañía.
Dormir unos cuantos sueños para algunas otras tardes de insomnio. (Las noches son invulnerables y todavía no se inventa la vacuna)
Generar con unos pocos trozos de sol, abrazos cálidos y cuando se llena el corazón donde los guardes... repartirlos indiscriminadamente.
Reciclar los afectos recibidos para afectar a nuevas y entrañables y extrañables presencias sin pizca alguna de egoismo o incertidumbre.
Poblar, pues lo árido del páramo. Alimentar la soledad hasta hacerla minúscula, germinar lo que se pueda en la tierra más árida, sin aspavientos ni noticias... solo por premura y ansia. Colectar las migajas para hornear de nuevo el pan y compartirlo con fulano, sin esperar reciprocidad.
Tal vez y solo tal vez asi, pudiera doler menos tu ausencia.
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