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Pepensador

De como se le escapaban las ideas sin poder trocarlas en palabras.

Intentó de nuevo. La estructura, no muy clara, comenzaba a desdeformarse. Pensó que era una buena señal.

Un tema ajeno al tema, como un relámpago, cruzó de esquina a esquina la habitación, desmoronando la frágil situación. Recogió los pedazos y los puso en la cama, alisando la colcha para poder acomodarlos mejor.

Se dió cuenta que faltaban varios y, puesto en esas, buscó (como siempre) debajo del ropero. Al no encontrarlos, decidió echar mano de unos fragmentos de ideas que le habian dejado por la mañana de un dia anterior, que no necesariamente ayer.

(Dió otro sorbo al café, para entonces ya tibio) La artificial pero efectiva estimulación le permitió armar tres oraciones seguidas. Bien!

Tuvo que borrarlas de inmediato al pensar en la imaginaria y critica audiencia, mentando madres y silbando la desaprobación al tocar ese tópico tan típico y soso.

De pronto, venturosamente, imaginó la charla que nunca tuvo con el Maestro Félix Marrón. El intercambio de ideas fue, según el, extremadamente cálido pero intenso. (El profesor juró nunca volver a gastar baba con semejante pelmazo) De ahi obtuvo las imagenes exclusivas de una sentida sonata en honor a Gustavo Adolfo (no el temerario). Apuntó en un pedacito de papel amarillo y quemado de las orillas la referencia para, cual debe, dar créditos a quien corresponde.

La mosca no pudo enderezar los alerones y sufrió desperfectos en el tren de aterrizaje, por lo que (según el peritaje posterior) el acuatizaje en el café fue inevitable y fatal. Despues de fallidos intentos de resucitarla, fue declarada muerta a las 17:35 GMT

Ya no encontró el papelito amarillo. Las escasas ideas se arremolinaban -es un decir- en su cabeza, expectantes ante la idea (asi es! las ideas tienen ideas! como que no!) de poder por fin concretizarse en algo.

La luz por fin llegó a el. Se paró de inmediato a apagarla, despues de gritarle a su mujer por la falta de educación.

A punto de la quema de naves y merced a un son perpretado por Don Sabina, exprimió la antepenúltima neurona funcional y escribió: besosconsal. Leyó. Vuelta de cabeza y borra. Otra vez; besosconsal. No estaba mal pero tampoco bien. La interpretación puntual que le brindó el materialismo idealista de su vecina del sur, la cual por cierto y para variar tuvo que imaginar primero, fue la siguiente: ????????????!!!!!!!!!!!!XD

Como no le sacó de ningún apuro, apuró otro trago de café.

Se tragó el cadaver de la mosca y se fue a dormir.

1 comentario

Daanroo -

¡Jo.....! parece la toma descomunal de la mujer, desde cierto lecho de rosas...! aunque me pregunto ¿ cuál fue el motivo de la mosca, para cometer suicidio..?