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Pepensador

reencontrarnos casualmente...

Suponia que sería fácil. Que todo lo dicho sería recordado, que no cabrían malentendidos o confusiones. Por su parte, los demás podrían pensar que la ausencia era, si no justificada, de algún modo previsible y siempre entendida. Al menos, así lo esperaba. Tantas idas y vueltas, el montón de litros virtuales de blanco y negro, los murmullos del noctámbulo por excelencia, las crónicas del caballero de la eterna espera, la efervescencia desbordante del par de lentes, poesía de cielo archivada junto y sobre la piel, en espera de oportunas ocasiones. ¿Todo desperdiciado? La respuesta obvia en megabytes por microsegundos: NO. La posición espera, las manos no claudican, el ánimo se ve mermado, la luz no. Esa la ponen ustedes. Hola a todos.

1 comentario

Mayte -

Hola siempre... ;)

Bikiños.